Esta manualidad es el fruto de una infancia llena de influencias suizas. En el colegio, para despedir a una profesora que tuvimos durante tres años, cada niño moldeó un cuadrito con arcilla y con puntas de lápiz, cordeles y tapones, hicimos diferentes grabados.
Luego pintamos cada uno a su aire el "ladrillito", pero solo se podían emplear pintura de color amarillo, rojo y blanco, y así fueron apareciendo infinidad de tonalidades engamadas.
Y al poner juntas todas las piezas, quedó algo muy, pero que muy visual creado por toda la clase.
Pues con esa manualidad en la cabeza, nos hemos puesto manos a la obra mis queridas "sanguijuelas", sus primos y yo y el resultado ha sido el que recordaba!!!!
Finalmente, con cola hemos, enmarcado todas las piezas juntas y...... a la pared que va! Con la fecha y los autores escrita detrás para la posteridad.
fotos y realización: madera y zinc